Después de las protestas de George Floyd, ¿qué sigue para la justicia racial en los EE.UU.? | Foro Económico Mundial
BIPOC: qué significa la sigla - The New York Times
Diez polémicas de Nike que casi destruyeron a la compañía
No son niños trabajadores, son niños esclavos | Solidaridad.net
Esclavos en el mundo: esclavitud infantil | Solidaridad.net
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fca6%2F5ba%2Fd3e%2Fca65bad3e2cfc4b43bfe9b32b9cc8dea.jpg "Trabajo esclavo en la India: tres empresas españolas están incluidas en la 'lista negra'")
Trabajo esclavo en la India: tres empresas españolas están incluidas en la 'lista negra'
Leo Messi - ¡Feliz de poder seguir colaborando con adidas muchos años más! Happy to continue working with adidas for many more years! - LIO | Facebook
Diez polémicas de Nike que casi destruyeron a la compañía
NBA: Nike suspende su patrocinio con Kyrie Irving por la polémica de antisemitismo | Marca
El oscuro secreto de la industria de la moda: lo que llevamos puesto tiene sangre, sudor y lágrimas - El Mostrador
NBA: Enes Kanter, en guerra contra China: invita a LeBron James, Michael Jordan y Nike "a sus campos de esclavos" | Marca
Venezuela: Vistosa conmemoración de San Juan Bautista - San Diego Union-Tribune en Español
RESCATADOS MÁS DE 300 ESCLAVOS, 88 DE ELLOS NIÑOS, DE UNA FÁBRICA DE LA INDIA - 100% Noticias
Esclavos de la moda son los niños asiáticos. Tú lo que eres es idiota.
No sé lo que están pensando en H&M; no podemos descansar" | Human Rights Watch
En China, los costes humanos están incorporados en un iPad | Tecnología | EL PAÍS
Invisibles en Latinoamérica: afrolatinos, la diáspora perdida | Las noticias y análisis más importantes en América Latina | DW | 21.03.2022
Instantáneas: Familia, críquet y comunidad con Derick Narine. Nike
Nike presenta una línea de calzado satánico y pastores cristianos y políticos explotan en redes sociales
Tu iPhone está fabricado por trabajadores de 13 años que trabajan 16 horas al día»
TRABAJO INFANTIL: Niños obreros: ilegal, pero barato | Planeta Futuro | EL PAÍS
